migraña

Fué una estupidez desde el primer momento. Ir al lugar donde sabía que podría encontrarlo, alli en la misma mesa, haciendo lo mismo, esperando como la araña en su tela a la próxima victima.Nada en él había cambiado, ni el lenguaje distante y vacío del que se guarda todo dentro del bolsillo, ni la mirada encogida, ni los dedos sosteniendo el cigarrillo..bueno eso si, ya no podía fumar mientras tomaba café en el bar, era una pequeña venganza que tomaba el estado por ella.
Una novedad, como un regalo vino a sorprenderla, al verla en el bar se sobresaltó, casi conmovido, asi que despues de todo era capaz de sentir algo, ella se sonrió, y dió la vuelta para salir del bar y de aquel laberinto del que por fin tenía salida.
Como por un encantamiento la migraña desapareció.