12/07/2010

Hueznar





los pies descalzos sobre el lecho del río, jamás en su vida se había bañado en un río, primero el temor a caer resbalando, luego el choque bestial del frio del agua, cuando al fin se sumergió, allí quedaron para siempre los miedos, los rencores, las miradas de los otros, los desamores, los malos rollos, el río de los tragó y la dejó salir nueva, liviana, encogida en un cuerpo limpio y sorprendida al tener de nuevo la mirada clara de la inocencia.

2 comentarios:

  1. Sería fantástico... un baño renovador y que lo "malo" de cada uno desapareciera corriente abajo. Lo malo sería que, de nuevo, nuestras miserias, otro tipo claro... terminarían también en el mar.

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  2. No existe agua ni jabon que lave las conciencias , algunos han probado con billetes y por lo visto algo aclara, pero ensucia el alma

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